ASUSTADOS, BUSCAN A QUIEN ECHARLE LA CULPA
La performance de Ricardo Alfonsín en las internas abiertas fue pobre, lejos de las expectativas de la dirigencia radical. Una lectura mas fina de los resultados reveló que una parte nada desdeñable del elector tradicional de la UCR le puso su voto a Hermes Binner, en disconformidad con la estrategia de alianzas que materializó aquella dirigencia.
La cuestión amenaza ser peor en las lecciones de octubre, hay signos de estampida de votantes de Alfonsín en dirección al Frente Amplio Progresista. Las pruebas están a la vista: los candidatos a gobernadores e intendentes de la UCR con posibilidades de ganar sus comicios, o quieren llevar también la boleta de Binner pegada a las suyas, o llaman a sus votantes directamente a sufragar por el candidato a presidente que mas les guste.
Frente a este escenario, que tiene al gobernador santafecino en claro crecimiento y a Ricardo en baja y con creciente cuestionamiento en su electorado, una parte de la dirigencia radical no tiene mejor estrategia, para ver de revertir la malaria que se les viene, que cargar sobre Hermes Binner. Qué pobreza la suya. ¿Y si en lugar de eso, hacen alguna autocrítica de haber acordado lista común con Francisco De Narváez, y luego, para remacharla, apoyar a Macri en la Ciudad de Buenos Aires?
Hace apenas diez años atrás un presidente radical, Fernando De la Rúa, en una situación muy difícil, lo puso de ministro de economía a Domingo Cavallo. Argumentó en ese entonces que era para ganar "gobernabilidad". Ya todos conocemos el final de la historia esa. Ahora, para abordar estos comicios presidenciales, la conducción radical, luego de plantear y reafirmar una y otra vez que buscaban conformar un frente progresista, de buenas a primeras, en una decisión calificada por ellos mismos como "pragmática, para disputar poder", viró a su derecha e hizo un frente con un claro representante de dicha ideología.
Les volvió a ir muy mal. Pero en lugar de hacer autocrítica por tropezarse dos veces con la misma piedra, y desde allí dirigirse a sus correligionarios, creen que cargando contra Hermes Binner y el FAP detendrán su caída. Se equivocan una vez mas. La mayoría del votante radical, ese que desde la conducción de la UCR convocaban en un principio a otra propuesta, ve con gran simpatía -y apoyará- que el 23 de octubre sea fuerte una oposición progresista al actual gobierno, no una oposición por derecha.
Parece que cierta dirigencia radical no comprende esto, y piensa que con políticas, propuestas y métodos del siglo pasado puede entusiasmar a sus seguidores; evitando así que los abandonen buscando otros horizontes mas coherentes y promisorios. Miren que tienen otra piedra grandota donde chocarse si van por ese camino.
HUMBERTO TUMINI
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