década: a la impositiva, en gran medida a la financiera, la minera, a la petrolera hasta ayer, a la desigualdad social y la corrupción generalizada, al manejo de la justicia, en los últimos tiempos también al autoritarismo, etc.
Ahora se disponen a reproducir aquello que dicen rechazar, una vez mas. Pocas dudas caben que lanzada está la ofensiva, para ver si logran que Cristina Kirchner obtenga la posibilidad de aspirar a un mandato mas, derecho que la Constitución no le otorga. Desde el “Cristina eterna” de Diana Conti en adelante, y particularmente en las últimas semanas, los oficialistas de todo cuño se atropellan para declarar que eso es, exactamente, lo que nuestro país necesita. Para profundizar el modelo, por supuesto.
¿Y qué diferencia tiene todo esto con el intento re reeleccionista de Carlos Menem allá por 1998? Ninguna por supuesto, si hasta deben haber estudiado cómo lo argumentaban para copiarse. Decían los menemistas en aquel entonces que así podía terminar de llevarnos al primer mundo, que era insustituible como conductor del país y el PJ, que nadie podía reemplazarlo sin riesgo de volver al caos, bla, bla, bla. Las mismas explicaciones K de ahora. Sanata pura, pero el mismo objetivo espurio: mantenerse en el sillón de Rivadavia a como sea y -de paso- retener los negocios.
Es por ello, que tal como ha expresado Hermes Binner, en nuestro país la re reelección “es nefasta para los derechos de la gente”. Por tanto, así como nos opusimos en su momento a la de Menem y la derrotamos, hemos de oponernos hoy a la de Cristina Kirchner hasta impedirla.
Bien haría la Presidenta en cumplir con la Constitución Nacional, cuestión en la que está largamente en falta, que en andar viendo como la modifica para intentar perpetuarse.
HUMBERTO TUMINI
Ahora se disponen a reproducir aquello que dicen rechazar, una vez mas. Pocas dudas caben que lanzada está la ofensiva, para ver si logran que Cristina Kirchner obtenga la posibilidad de aspirar a un mandato mas, derecho que la Constitución no le otorga. Desde el “Cristina eterna” de Diana Conti en adelante, y particularmente en las últimas semanas, los oficialistas de todo cuño se atropellan para declarar que eso es, exactamente, lo que nuestro país necesita. Para profundizar el modelo, por supuesto.
¿Y qué diferencia tiene todo esto con el intento re reeleccionista de Carlos Menem allá por 1998? Ninguna por supuesto, si hasta deben haber estudiado cómo lo argumentaban para copiarse. Decían los menemistas en aquel entonces que así podía terminar de llevarnos al primer mundo, que era insustituible como conductor del país y el PJ, que nadie podía reemplazarlo sin riesgo de volver al caos, bla, bla, bla. Las mismas explicaciones K de ahora. Sanata pura, pero el mismo objetivo espurio: mantenerse en el sillón de Rivadavia a como sea y -de paso- retener los negocios.
Es por ello, que tal como ha expresado Hermes Binner, en nuestro país la re reelección “es nefasta para los derechos de la gente”. Por tanto, así como nos opusimos en su momento a la de Menem y la derrotamos, hemos de oponernos hoy a la de Cristina Kirchner hasta impedirla.
Bien haría la Presidenta en cumplir con la Constitución Nacional, cuestión en la que está largamente en falta, que en andar viendo como la modifica para intentar perpetuarse.
HUMBERTO TUMINI
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